El sentido del tacto se desarrolla a medida que el niño crece: de tocar a su madre cuando es muy pequeño a tocar más tarde los juguetes y todas las cosas que le rodean, lo que le lleva a descubrir diversas sensaciones: suave, áspera, blanda, dura, caliente, fría. Algunos ejemplos de actividades propuestas Manipulación con diversos productos alimenticios Manipulación con masa de sal didò casera Manipulación con harina amarilla A través de estas actividades los niños pueden experimentar sensaciones como: el placer de apretar, estrujar, extender, degustar, modificar y conocer el material descubriendo su potencial expresivo.

La vista, junto con el tacto, es uno de los sentidos más desarrollados en los niños.Ya a la edad de dos y tres años, se perfecciona enormemente, se vuelve más rica que las particulares, permite en muchos casos la plena distinción de los colores.Sin embargo, la atención visual sigue siendo muy limitada, por lo que se fomenta mucho la observación de las formas de los objetos, animales y personas.Estimulamos, a través del taller de pintura, el conocimiento de los matices del color, la aparición de los colores secundarios, tocamos los colores para entender qué sensación transmiten el rojo, el azul, el amarillo y si hay diferencia entre verlos y tocarlos.

El oído es uno de los sentidos más preciados del niño; a través del sonido desarrolla las características del lenguaje y la comunicación.Con el paso de los años, el oído se va afinando y se convierte en el instrumento capaz de distinguir los ruidos de los sonidos, una voz lejana de una cercana, por lo que hemos optado por estimular este sentido a través de juegos didácticos con estimulación frecuente que permiten al niño mejorar cada vez más sus capacidades perceptivas.

A través del gusto, el niño realiza sus experiencias cognitivas más particulares y subjetivas, ya que sólo probando algo puede conocer y distinguir realmente los 4 sabores diferentes: dulce, salado, ácido, amargo... etc.Mediante la manipulación, el niño experimenta las cualidades de ciertos alimentos hasta que quiere llevárselos a la boca y entonces los prueba espontáneamente.

El sentido del olfato es el sentido que acompaña buena parte de la vida del recién nacido, de hecho, el sentido del olfato comienza a desarrollarse en el vientre de la madre pero es a medida que el niño crece que esta capacidad se perfecciona progresivamente; es por ello que a los tres y cuatro años el niño ya es capaz de distinguir los olores, de entender si son nuevos, agradables, desagradables etc. ().En este ámbito, se dará prioridad al descubrimiento de muchos tipos de olores: los más familiares y conocidos (pan, pizza, fruta) o los de la naturaleza (flores, hojas, árboles, hierba, etc.) (https://www.lacasettadeipulcini.it/progetto-educativo/i-5-sensi/).