Goleman (2011), afirma que las emociones son guías fundamentales para nosotros. De hecho, nos ayudan a afrontar situaciones difíciles e importantes. Sólo el intelecto, es decir, la mente racional, no nos permite superar estos tiempos/momentos. Por lo tanto, entendemos que las emociones tienen la tarea de ayudar a la mente racional a tomar decisiones. Vignati (2005) también afirma que las emociones primarias "cumplen una función vital para el individuo y tienen un valor adaptativo para la especie".

El desarrollo emocional es un aspecto muy importante del crecimiento del niño. En la psicología del desarrollo, esta fase se define como el momento en el que se adquieren habilidades fundamentales, como reconocer las emociones propias y ajenas, empezar a utilizar el lenguaje emocional, desarrollar la empatía y aprender a gestionar y regular la experiencia emocional. Todas estas habilidades ayudan al niño a ser emocionalmente competente, lo que a su vez le ayuda a desarrollar relaciones sociales positivas y eficaces.