El juego de la caja de colores
El principio es clasificar los colores por gradaciones y matices. Coge una caja de bolsitas de té y unas tarjetas de colores (quizás de las que sirven para elegir el color de las paredes con muchos matices) y el niño puede poner un color diferente en cada compartimento, ordenándolo en gradaciones de más suave a más oscuro.
El juego del vidrio
La vista puede estimularse mediante actividades que impliquen la agrupación de colores, patrones y diseños similares. Por ejemplo, coloreando posavasos de dos colores, el niño puede agruparlos en verde, rojo, amarillo, rosa, etc.